jueves, 14 de julio de 2022

Arrecife de las sirenas de Elisabet Belmonte Torres



 

Arrecife de las Sirenas.  

Al abrigo de la oscuridad de la luna menguante, mi pasado emanó de las aguas cristalinas como una sombra y se alzó en forma de susurro para filtrarse en mis sueños. Inadvertida, su melodía me acompañó por un tiempo. Afloraba solo en forma de una inquietud que me atenazaba cuando observaba el mar desde mi porche. Su canto, junto al de las olas, fue cobrando intensidad desvelándome noche tras noche.  

La luna llena iluminó el arrecife mostrándome a esa sirena que exigía mi vida a pesar de no ser un marinero. Supe que ella nadaría por esas aguas sin paz ni descanso hasta que yo pagase por las malas decisiones que tomé. He entendido que ha llegado el momento de dejar de vagar por el mundo de los vivos. No hago otra cosa desde aquel día en que me convertí en un violador y un asesino. 

La última vez que la vi estaba sentada en este pequeño bote, en el que ahora dejo esta nota. Mientras cantaba se anudaba el pelo en una trenza. Una vez más su belleza me nubló el juicio.  

No sé para qué escribo estas palabras. No intento ser excusado, ni tan siquiera perdonado. Para ella no serán nada, como en nada se convirtió el valor de mi vida aquel día. Sabedor de que para mí no existen las segundas oportunidades, las que tampoco merezco, esta noche entregaré mi cuerpo al arrecife de mi sirena.














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