miércoles, 20 de abril de 2022

Quinto relato encadenado - Cortejo inesperado.





Cortejo inesperado.


Ay Fran, cómo tengo que decírtelo. Hay días que me cuesta horrores que salga alguna palabra perceptible. Momentos en los que no veo más allá de una luz fundida que me ancla a ti sin miramientos. Fran, ¿qué hago contigo? Pues son muchos los años que hemos vivido, infinitas las experiencias que coleccionamos.
Me has entregado todo de ti, incondicionalmente. No podría reprochártelo ni en un millón de años. Pero ya no te quiero. Ya no siento ese amor desmedido que tú aun conservas. Ya no hay nada más que aprecio por los años. Pero, incluso un simple abrazo me hace sentir hastío. No por ti, supongo que sería demasiado tópico decirte que es por mí. 


Me cuesta, de verdad, se me complica cómo decirte que he conocido a alguien que me aporta algo distinto. Sé que quizás debería habértelo dicho antes. Pero contigo tan entregado, siempre con ganas de darlo todo. Juro que en su momento solo sentía amor y devoción por ti. Pero Claudio apareció en mi vida de la forma menos prevista. 


Ay Fran, Claudio me invitó con un cortejo lleno de cordialidad y originalidad, a experimentar una de las experiencias más vívidas de mi vida. Un simpleza para muchos quizás. Pero que me resultó de lo más acogedor y gratificante. Me sentí como un joven atractivo, seductor tal vez. 


Aquella mañana hará al menos dos meses, observando pasteles en la panadería de siempre, se me acercó y todo dio un giro completamente inesperado para mí. Que todo lo tenía atado, que mi amor estaba anclado y se aferraba a sentir sin medida por ti.
—Hola, no sé si alguno de esos pasteles estén a la altura. Lo cierto es que, usted se lo pone muy complicado. 


Fue escuchar esas palabras. Y sentir que nunca antes nadie había sido tan original para tirarme los trastos. Ay Fran, ¿cómo decirte adiós sin sentir culpabilidad? Lo he pensado mucho, pero aun sin gustarme al cien por cien la idea. Dejaré todo como acostumbras a ver, con mi característica pereza. Te escribiré una nota de mi puño y letra y te dejaré en paz. 


Mis anhelos ahora se ven reforzados por las ganas, la incertidumbre también, no te voy a engañar, Fran. Pero tengo una cosa clara. Quiero empezar de cero, necesito vivir esta nueva aventura. De la cual, no estoy seguro qué me deparará. Pero, me voy a ir con Claudio. Voy empezar un nuevo capítulo en mi vida. Y solo espero, Fran, que te cuides y hagas lo mismo.












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