sábado, 12 de febrero de 2022

Las sombras del bosque de Pedro A. Padilla.




Sinopsis: Se apaga el día, y un grupo de mineros vuelve a casa a través del bosque. Ha sido una jornada agotadora, pero va a ser aún más larga. De repente, se encuentran con algo que está malherido. ¿Un hombre? ¿Qué o quién es aquello? Deciden que lo más rápido es llevarlo a la casa familiar donde viven como huéspedes, mientras mandan a alguien al lejano pueblo en busca de un médico... Pero la noche cae sobre ellos, rodeando la casa... Las Sombras del Bosque acechan.

Basado en una historia real.

 Ficha técnica:

 Número de páginas: 262.

Número de capítulos: 30 más epílogo.

Editorial: Guante Blanco.

ISBN:  8416808945

Fecha publicación: 13/11/2019


 

Valoración personal:

Desde que vi la portada este libro me atrajo mucho. Llevaba tiempo queriendo leer algo de miedo y creía que esta era la novela perfecta. No sé si eso me llevo a elevar muchisimo mis expectativas, pero lo cierto es que durante las primeras hojas me sentí decepcionada. 

El estilo del autor no terminaba de encajar conmigo. Al principio no sabía muy bien que era pero poco a poco fui encajando las piezas. En primer lugar el narrador. La novela está  escrita en primera persona, siendo el personaje elegido un niño de diez años que solo ha ido a la escuela unos meses. Se ha críado en una casa aislada en mitad de una colina rodeada por un bosque, cuya única amiga es Sara (una fantasma que no habla). Su familia no tiene un nivel cultural ni elevado ni tan siquiera medio. Pues bien, este pequeño sabe expresarse de maravilla, utilizando palabras para nada son propias de su edad ni de su entorno. El autor pretenda salvar este escollo con los pensamientos del propio niño diciéndose así mismo que no sabe donde ha aprendido esa palabra, que quizás ha sido de una cueva que según su abuela hay debajo de la casa donde hay "conocimiento". Para mí eso no es mucha justificación, la verdad. La relación vocabulario personaje para nada está correspondida.

Por otro lado abusa de las onomatopeyas. Ese recurso literario aunque es cierto que existe y que personalmente yo no lo uso, creo que hay que utilizarlo con moderación. Tengo una amiga que siempre me dice que en el termino medio está la virtud. Cada vez que se dispare un arma no hace falta que me pongas su equivalente, eso me saca de la narración. 

Con lo que tampoco puedo es con los "ja, ja, ja" en los diálogos, lo siento. Un autor tiene que tener recursos suficientes para hacerle ver al lector que el personaje se está riendo, los diálogos no son mensajes de Whatsapp en el que la otra persona obviamente no te está viendo y tienes que hacerselo ver. En una conversación tienes a la otra persona delante y puede distinguir con claridad si te ries o no. 

A todo esto hay que unirle varios fallos de maqueta y corrección que teniendo una editorial detrás me han dejado bastante sorprendida. 

En cuanto a la trama en sí, no me dio miedo, ni nada similar y al final a pesar de las multiples teórias sobre lo que estaba ocurriendo no se llega a explicar o al menos yo no lo entendí, lo que realmente está pasando.

Otra cuestión que me llama la atención es que nunca se habla del emplazamiento físico, es decir, no se menciona nombre del pueblo o región. No es que eso me disguste, pero si que me parece curioso que se de el nombre de una localidad cercana, pero no la de los hechos en sí. 

Lo más extraño de todo es que a pesar de lo que os acabo de explicar, la novela no se me hizo pesada, ni cuesta arriba. De hecho me sorprendí a mí misma algunas noches diciéndome que me apetecía seguir leyendo. Así que por eso mi nota es un 5.  

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