Ovidio -acusado de corromper con su poesía a la juventud romana- fue desterrado por el emperador Augusto al país de los dacios, la actual Rumania. Veinte siglos después, el gran escritor rumano Vintila Horia evocó, en esta grandiosa novela, la figura del ilustre desterrado, marcada por el dolor, la soledad y la nostalgia. Pero el lugar del exilio es también una tierra de esperanza. Ovidio conoce el alma sencilla y religiosa de los dacios, y la suya se abre a un horizonte de perspectivas infinitas. Es la hora singular que precede a la manifestación de Cristo, y el mundo romano, expectante, parece cargado de signos y presagios.”
Sinopsis
Cuando vi el título tengo que reconocer que pensé negativamente, creía sinceramente que no me iba a gustar; sin embargo me ha transportado a mis años de instituto, a las clases de Latín y Griego que tanto me gustaban, hasta el punto de plantearme estudiar Filología Clásica. Un repaso de la historia del Imperio Romano, de sus dioses y de las obras de Ovidio, que se deja leer bien pero sin engancharte. Poco más puedo añadir respecto a un texto que salvo sentimentalismos personales, deja bastante indiferente.
Nota: 5
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