lunes, 6 de abril de 2020

Confesiones de Elisabet Belmonte Torres

Este microrelato lo hice con motivo de un concurso de Instagram, en el que se podía elegir dos temáticas, confesiones o coronavirus. Para intentar no remover más en los acontecimientos que estamos viviendo y distraer un poco a los posibles lectores, me decanté por confesar. Aquí os dejo la mía:


Y cuando me estaba perdiendo en la oscuridad, dejándome arrastrar por una lucha que me ahogaba en las profundidades, por un instante pude ver que nunca la ganaría, y aun existiendo posibilidades, ¿quería realmente la victoria? ¿O sería la manzana envenenada que me terminaría de hundir en el lodo? Entonces lo tuve claro, porque notaba cómo ese lodo se adhería a mi piel, cómo se introducía en cada poro; sabía que llegaría el momento en que sería demasiado tarde porque formaría parte de mi propio ser. Y ante la bifurcación de nuestros caminos, decidí dejarte marchar. 

Tomé el mío sin mirar atrás, creyendo que emprendería la marcha sola, pero al poco tiempo descubrí que me acompañaban los reproches y las dudas. No cuestionaban mi decisión, sino que me cuestionaban a mí, a cada uno de mis sueños y de mis anhelos. Aunque fueron mi compañía durante un tiempo, pronto encontré el faro que, en la noche, me llevó de vuelta a la orilla. Cuando quise darme cuenta, el sol brillaba de nuevo reflejándose en el mar. Allí junto al mar de Alborán, encontré a la única persona que esperaba paciente mi regreso de la batalla.  Me encontré a mí, sonriéndome, feliz de verme volver, y extendió su mano entregándome la paz que había perdido hacía tanto. 

De los presentados solo se elegieron 4 finalistas, entre las que no me encuentro. Aun así quería mostraroslo, para que me dejéis comentarios sobre que os parece. 

 

©Elisabet Belmonte Torres.
Todos los derechos reservados

 

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