Esta reseña va a ser algo diferente. Dejo a un lado la novelas, sean del género que sean, para adentrarme en otra de mis pasiones: la Fórmula 1.
Ficha técnica:
Sinopsis:
Enlace de compra en Amazon:
Valoración personal:
Por accidente vi que Nira Juanco había publicado un libro sobre la F1 y no dude ni dos segundos en comprarlo. Estaba en preventa en ese momento, faltaba un mes o dos para que estuviese disponible. Me había olvidado de él cuando de repente el repartidor de Amazon me lo trae por sorpresa. Era el mejor momento, ya que me había terminado la lectura anterior y, coincidía con el arrancar del mundial. Estaba más que lista para sumergirme en la Fórmula 1 en cuerpo y alma. Tampoco hubiese imaginado cuando lo tuve entre mis manos, que sería justo de la suya que me atrevería a hacer ciertas cosas.
Como ya he dicho ni lo pensé, no investigué que temas podría tratar o cuales no. Antes de abrirlo me asaltó la duda: ¿Y sí no habla de Fernando? Si me hubiese fijado mínimamente en la portada, quizás no la hubiese tenido ya que menciona que el prólogo es de él. Mayor tranquilidad me dio el índice, supe que, este libro me iba a encantar:
Pues menos mal que a lo mejor no salía. Independientemente de él, me hacía ilusión saber algo más de la historia de Pedro. Es de esas personas que te transmite tanto y todo tan bueno, que siempre he creído que merecía haber conseguido mucho más en la F1. A veces se habla de las malas decisiones que Fernando ha podido tomar respecto a dónde y cuando irse de las escuderías. Pero, ¿y Pedro? ¿También él había tomado malas decisiones? Tal vez, simplemente, no había tenido la suerte de cara y con esa sensación termino este libro. Talentoso y trabajador, recaló en una escudería en la que no le tomaron los suficientemente en serio. Ahora creo que no era nada personal, ni con él ni con Fernando. En McLaren sólo tenían ojos para Hamilton, mientras el español continuaba esperando su gran oportunidad. Ésta le fue esquiva por lo que decidió tomar otro camino. Valiente me pareció que diese su salto a Hispania. Era hora que España diese un golpe en el tablero de ese deporte, pero la aventura duro excesivamente poco como para lograrlo. La F1 es un lujo excesivamente caro que no se puede mantener solo con talento.
A las cosas locas que puedo pedirle al Universo, una podría ser que volviese a haber un equipo español en parrilla. A lo mejor permitiría que futuros pilotos nacionales fuesen titulares en vez de reservas como Dani Jucandella o Roberto Merhi (éste si llego a ser brevemente titular en Marussia en 2015). También podría pedir que fuese mía y tener a Alonso, Pedro, Lobato, Toni… en el proyecto. No todo en mi vida van a ser los libros. Claro que, ahora que los menciono también sería genial ser la autora de la biografía de Fernando.
Dentro de estas páginas, Nira hace un repaso de lo que sucedió en la Fórmula 1 durante los mundiales del 2009 al 2014, inclusive. Todo desde el punto de vista de una reportera en el paddock. Nos habla de un Fernando que si bien da la imagen de cerrado y borde, sólo es “fruto de su timidez”. Añade que es un hombre excepcional, bromista, divertido, al que le encanta ironizar, inteligente y competitivo hasta la médula. No voy a decir que sea una experta calando a la gente, pero para mí Alonso siempre ha sido especial. Quizás los tímidos nos reconocemos y sabemos detectar cuando es ella la que se interpone entre nosotros y el mundo. Poco a poco he ido viendo a un Fernando que se muestra más cómo verdaderamente es, sobre todo tras su regreso a la F1.
Hay algo en lo que no ha cambiado y es en su manera de leer las carreras. Singapur 2010, tras tener a Vettel 68 vueltas respirándole en el cogote: No estaba preocupado por Vettel, porque aquí es difícil adelantar o prácticamente imposible. Sabía que cuanto más se acercase, más iba a calentar su motor, frenos, cambio, etc. Por lo tanto, a veces le dejaba que se pegara, me venía bien”. Baréin 2023, tras adelantar a Carlos sabía que sus neumáticos se iban a degradar muchísimo estando detrás de él.
Las primeras páginas coinciden con un cambio de reglamento que Brawn GP supo exprimir al máximo. Tanto que los llevó de la noche a la mañana a ganar un mundial. Aquel salto cualitativo tan grande, ha sido traído a colación por muchos actualmente en relación a Aston Martin. Aunque dicen que las comparaciones son odiosas, si es para que la historia se repita esta vez protagonizada por Fernando, creo que nada le va a hacer ascos.
Me ha ayudado a recordar muchas cosas que habían caído en el olvido. Por ejemplo el KERS (sistema de recuperación de energía cinética). Transformaba la energía generada en las frenadas en energía eléctrica, que era almacenada para que el piloto hiciera uso de ella posteriormente. Pero, no solo había borrado de mi mente las prestaciones de los coches, sino también a los que los llevaban, como Trulli o Nakajima. A Grosjean por ejemplo me lo había refrescado la serie de Netflix. Me ha sorprendido a mí misma cómo he podido borrar tanta información, asombroso. Sobre todo cuando este piloto fue penalizado con la expulsión una carrera por el accidente que había provocado en Bélgica 2012, siendo Alonso uno de los afectado. A raíz de aquello la Fórmula 1 introdujo el sistema de penalizaciones a los pilotos que fueran reincidentes, por lo que se estableció un límite de 11 puntos sobre la superlicencia antes de ser suspendido con una carrera. En mi descargo diré que, tanto 2012 como 2013 estuve viviendo en Sevilla y vi algunas carrera, pero puede que no hiciese un gran seguimiento del mundial.
También este libro sirve para hacernos conscientes de lo fácil que se ve todo desde el sofá de la casa. Caemos pronto en la critica sobre si éste no ha podido adelantar a aquel, o viceversa… sin tener en cuenta que arriesgan su vida a muy altas velocidades y temperaturas. GP de Baréin, 38 ºC. El radiador del coche de Fernando se suelta y le provoca, no solo una quemadura en la espalda, sino que la temperatura del habitáculo aumente diez grados por encima de lo esperado. Para colmo de males, la bomba de agua se rompe. Deshidratado, el piloto termina la carrera, pero se desmaya en el corralito.
Si hablo de riesgos, este libro en su recta final aborda dos accidentes que sí que recuerdo perfectamente. El primero es el de María de Villota y el de Jules. Cuando avanzaba por esas páginas sentía una gran congoja. Creemos que éstos chicos son inmortales, que están hechos de una pasta especial, inmunes al miedo y a los golpes. Pero lo cierto es que, no es así. A veces hay un camión con una rampa abierta donde no debería estar o una grúa en pista sin coche de seguridad y para ellos todo termina. No habrá más grandes premios, ni sueños por cumplir.
Algunos creían no haber cumplidos los suyos porque las puerta de la F1 se cerraron. Pero ese portazo pudo ser lo mejor que les ocurriese en la vida, porque el mundo del motor era un sueño heredado y lo que verdaderamente amaban era la música. Ese era el caso del joven Jaime Alguersuari, nunca diré bien ese nombre. Me alegro que a pesar de la frustración que supuso para él su paso por esta competición, lograse encontrar su verdadero camino. La vida es un regalo, como tituló María de Villota su libro. Así que, tú que estás leyendo esto, “no dejes sitio a lo que resta, sólo a lo que suma”.
Y a ti, Fernando. Tanto que cuestionamos tu decisión de irte de Alphine el año pasado, a día de hoy te diría lo mismo que alguien de Ferrari hizo en 2014:
Como ya he dicho ni lo pensé, no investigué que temas podría tratar o cuales no. Antes de abrirlo me asaltó la duda: ¿Y sí no habla de Fernando? Si me hubiese fijado mínimamente en la portada, quizás no la hubiese tenido ya que menciona que el prólogo es de él. Mayor tranquilidad me dio el índice, supe que, este libro me iba a encantar:
- Prólogo por Fernando Alonso.
- Introducción.
- Fernando Alonso. Parte I.
- Jaime Alguersuari.
- Fernando Alonso. Parte II
- Hispania.
- Pedro de La Rosa
- Fernando Alonso. Parte III
- María de Villota.
- Fernando Alonso. Parte IV.
- Epílogo por Carlos Sainz.
Pues menos mal que a lo mejor no salía. Independientemente de él, me hacía ilusión saber algo más de la historia de Pedro. Es de esas personas que te transmite tanto y todo tan bueno, que siempre he creído que merecía haber conseguido mucho más en la F1. A veces se habla de las malas decisiones que Fernando ha podido tomar respecto a dónde y cuando irse de las escuderías. Pero, ¿y Pedro? ¿También él había tomado malas decisiones? Tal vez, simplemente, no había tenido la suerte de cara y con esa sensación termino este libro. Talentoso y trabajador, recaló en una escudería en la que no le tomaron los suficientemente en serio. Ahora creo que no era nada personal, ni con él ni con Fernando. En McLaren sólo tenían ojos para Hamilton, mientras el español continuaba esperando su gran oportunidad. Ésta le fue esquiva por lo que decidió tomar otro camino. Valiente me pareció que diese su salto a Hispania. Era hora que España diese un golpe en el tablero de ese deporte, pero la aventura duro excesivamente poco como para lograrlo. La F1 es un lujo excesivamente caro que no se puede mantener solo con talento.
A las cosas locas que puedo pedirle al Universo, una podría ser que volviese a haber un equipo español en parrilla. A lo mejor permitiría que futuros pilotos nacionales fuesen titulares en vez de reservas como Dani Jucandella o Roberto Merhi (éste si llego a ser brevemente titular en Marussia en 2015). También podría pedir que fuese mía y tener a Alonso, Pedro, Lobato, Toni… en el proyecto. No todo en mi vida van a ser los libros. Claro que, ahora que los menciono también sería genial ser la autora de la biografía de Fernando.
Dentro de estas páginas, Nira hace un repaso de lo que sucedió en la Fórmula 1 durante los mundiales del 2009 al 2014, inclusive. Todo desde el punto de vista de una reportera en el paddock. Nos habla de un Fernando que si bien da la imagen de cerrado y borde, sólo es “fruto de su timidez”. Añade que es un hombre excepcional, bromista, divertido, al que le encanta ironizar, inteligente y competitivo hasta la médula. No voy a decir que sea una experta calando a la gente, pero para mí Alonso siempre ha sido especial. Quizás los tímidos nos reconocemos y sabemos detectar cuando es ella la que se interpone entre nosotros y el mundo. Poco a poco he ido viendo a un Fernando que se muestra más cómo verdaderamente es, sobre todo tras su regreso a la F1.
Hay algo en lo que no ha cambiado y es en su manera de leer las carreras. Singapur 2010, tras tener a Vettel 68 vueltas respirándole en el cogote: No estaba preocupado por Vettel, porque aquí es difícil adelantar o prácticamente imposible. Sabía que cuanto más se acercase, más iba a calentar su motor, frenos, cambio, etc. Por lo tanto, a veces le dejaba que se pegara, me venía bien”. Baréin 2023, tras adelantar a Carlos sabía que sus neumáticos se iban a degradar muchísimo estando detrás de él.
Las primeras páginas coinciden con un cambio de reglamento que Brawn GP supo exprimir al máximo. Tanto que los llevó de la noche a la mañana a ganar un mundial. Aquel salto cualitativo tan grande, ha sido traído a colación por muchos actualmente en relación a Aston Martin. Aunque dicen que las comparaciones son odiosas, si es para que la historia se repita esta vez protagonizada por Fernando, creo que nada le va a hacer ascos.
Me ha ayudado a recordar muchas cosas que habían caído en el olvido. Por ejemplo el KERS (sistema de recuperación de energía cinética). Transformaba la energía generada en las frenadas en energía eléctrica, que era almacenada para que el piloto hiciera uso de ella posteriormente. Pero, no solo había borrado de mi mente las prestaciones de los coches, sino también a los que los llevaban, como Trulli o Nakajima. A Grosjean por ejemplo me lo había refrescado la serie de Netflix. Me ha sorprendido a mí misma cómo he podido borrar tanta información, asombroso. Sobre todo cuando este piloto fue penalizado con la expulsión una carrera por el accidente que había provocado en Bélgica 2012, siendo Alonso uno de los afectado. A raíz de aquello la Fórmula 1 introdujo el sistema de penalizaciones a los pilotos que fueran reincidentes, por lo que se estableció un límite de 11 puntos sobre la superlicencia antes de ser suspendido con una carrera. En mi descargo diré que, tanto 2012 como 2013 estuve viviendo en Sevilla y vi algunas carrera, pero puede que no hiciese un gran seguimiento del mundial.
También este libro sirve para hacernos conscientes de lo fácil que se ve todo desde el sofá de la casa. Caemos pronto en la critica sobre si éste no ha podido adelantar a aquel, o viceversa… sin tener en cuenta que arriesgan su vida a muy altas velocidades y temperaturas. GP de Baréin, 38 ºC. El radiador del coche de Fernando se suelta y le provoca, no solo una quemadura en la espalda, sino que la temperatura del habitáculo aumente diez grados por encima de lo esperado. Para colmo de males, la bomba de agua se rompe. Deshidratado, el piloto termina la carrera, pero se desmaya en el corralito.
Si hablo de riesgos, este libro en su recta final aborda dos accidentes que sí que recuerdo perfectamente. El primero es el de María de Villota y el de Jules. Cuando avanzaba por esas páginas sentía una gran congoja. Creemos que éstos chicos son inmortales, que están hechos de una pasta especial, inmunes al miedo y a los golpes. Pero lo cierto es que, no es así. A veces hay un camión con una rampa abierta donde no debería estar o una grúa en pista sin coche de seguridad y para ellos todo termina. No habrá más grandes premios, ni sueños por cumplir.
Algunos creían no haber cumplidos los suyos porque las puerta de la F1 se cerraron. Pero ese portazo pudo ser lo mejor que les ocurriese en la vida, porque el mundo del motor era un sueño heredado y lo que verdaderamente amaban era la música. Ese era el caso del joven Jaime Alguersuari, nunca diré bien ese nombre. Me alegro que a pesar de la frustración que supuso para él su paso por esta competición, lograse encontrar su verdadero camino. La vida es un regalo, como tituló María de Villota su libro. Así que, tú que estás leyendo esto, “no dejes sitio a lo que resta, sólo a lo que suma”.
Y a ti, Fernando. Tanto que cuestionamos tu decisión de irte de Alphine el año pasado, a día de hoy te diría lo mismo que alguien de Ferrari hizo en 2014:
“Entiendo que te vayas. Ahora tienes que ganar (…) vete y gana. Demuéstrales lo que puedes hacer”.
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