sábado, 1 de octubre de 2022

Taletober 22. Día 1. Pasillo





Se sentía nerviosa. Con lo tímida que era, no sabía cómo se había metido entre aquella multitud. Amigos y conocidos la miraban sonrientes a ambos lados, mientras ella avanzaba despacio. El ramo de flores entre las manos le producía picor. No había contado con su alergia. Miró a la izquierda. Su amiga Valeria ponía ojitos con las manos entrelazadas. A la derecha, Pablo y Pedro se daban codazos riendo. ¿Qué diría su madre si la viese?

     Pepe la esperaba frotándose las manos, que seguro que le estaban sudando. Era muy propio de él. Cuando se ponía nervioso, todo se le resbalaba y le hacía parecer torpe.

     No podía creer lo largo que se le estaba haciendo el camino. Apenas tenía que recorrer unos metros y sin embargo, parecía que no iba a llegar nunca. Al fin alcanzó al novio y al maestro de ceremonias. Este le indicó que le diese la mano a Pepe.

     Todo transcurrió según lo previsto hasta que llegaron al momento más difícil de todas las bodas. El maestro de ceremonias se dirigió a los presentes hablando a media lengua: «Si adguien tiene adgo que decid, que habe ahoda o calle pada siempe». Una voz de mujer se alzó fuerte y clara. Todos la miraron expectantes.

     «¡Chicos! Se acabó el recreo, todos a clase».

     Salieron corriendo y ella se quitó el trapo de la cabeza y tiró el ramo de margaritas. Menos mal, salvada por la campana. Mañana jugarían al pilla-pilla.
 
 

 

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