Siento haber estado tan perdida estos últimos días, pero no he tenido mucho tiempo libre entre el trabajo y la primera revisión de la novela. Dedicándole ratos incluso por las noches, aquí está el resultado.
La diferencia con el primer borrador es de ciento siete palabras menos. Parece que me he portado bien y no he hecho grandes cambios, quitar o añadir alguna frase suelta, no he eliminado escenas, ni alterado capítulos o modificaciones similares. Eso sí, reemplazar palabras… unas cuentas. Siendo consciente que es mi primer texto largo, me quedo con el buen sabor de boca de mi evolución, en el último tercio de la novela apenas he tenido que hacer correcciones.
Ahora toca tomar distancia de nuevo de cara a la segunda revisión. Mientras, he comenzado la lectura de “Un virus de infarto”.
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